La depresión melancólica es una forma de trastorno depresivo mayor (MDD) que se caracteriza por una presentación profunda de depresión severa. Con esta forma de depresión, hay una pérdida completa de placer en todo o casi todo. En el DSM-5, la melancolía es un especificador de MDD, por lo que a una persona se le diagnosticaría un trastorno depresivo mayor (la enfermedad más amplia) con características melancólicas (los síntomas específicos).
Si bien la depresión melancólica ya no se considera un diagnóstico distinto y separado, algunos investigadores sugieren que debería considerarse un síndrome distinto para mejorar los tratamientos y los resultados.
El término «melancolía» es uno de los términos más antiguos utilizados en psicología. Ha existido desde que Hipócrates lo introdujo en el siglo V a. C. y significa «bilis negra» en griego. La traducción es adecuada porque Hipócrates creía que un exceso de bilis negra, uno de los que denominó «Los cuatro humores», causaba melancolía. Los síntomas que clasificó bajo la melancolía son casi idénticos a los síntomas que usamos hoy en día, incluidos el miedo, el no querer comer, el insomnio, la inquietud, la agitación y la tristeza.
Síntomas
Los síntomas de la depresión melancólica incluyen:
- Una cualidad distintiva del estado de ánimo deprimido que se caracteriza por un profundo abatimiento, desesperación o vacío.
- La depresión es consistentemente peor por la mañana.
- Despertarse temprano en la mañana al menos dos horas antes de lo normal
- Trastornos psicomotores de retraso, ralentización del movimiento normal o agitación, movimiento aumentado y/o irregular
- Anorexia o pérdida de peso
- Culpa excesiva o inapropiada
Causas
El inicio de estos episodios suele ser no causado por un evento específico. Incluso cuando sucede algo bueno, el estado de ánimo del individuo no mejora, ni siquiera por un corto tiempo.
Las personas mayores, los pacientes hospitalizados y aquellos que presentan características psicóticas tienen un mayor riesgo de depresión melancólica.
Las causas exactas de la depresión no están claras, pero la genética, los antecedentes familiares, los traumas pasados, la química cerebral y las hormonas pueden desempeñar un papel.Sin embargo, se cree que la depresión melancólica tiene fuertes orígenes biológicos.
Un estudio de neuroimagen encontró que un marcador clave de «firma» solo se observó en participantes con depresión melancólica, pero no se observó en aquellos con depresión no melancólica o en aquellos sin depresión.
Diagnóstico
Su médico comenzará con una evaluación para evaluar la naturaleza, la gravedad y la duración de sus síntomas. Algunas de las preguntas que su médico puede hacerle incluyen:
- ¿Ha cambiado tu rutina diaria?
- ¿Sigues disfrutando de las cosas que antes te gustaba hacer?
- ¿Tienes problemas para levantarte de la cama por la mañana?
- ¿Cómo duermes?
- ¿Tus síntomas empeoran por la mañana?
- ¿Te cuesta concentrarte?
- ¿Hay algo que ayude a mejorar tu estado de ánimo?
Su médico también evaluará su salud física y puede realizar algunas pruebas o análisis de sangre para verificar que sus síntomas no estén relacionados con algún tipo de condición médica subyacente.
Para ser diagnosticado con depresión melancólica, una persona debe presentar síntomas de trastorno depresivo mayor, tales como:
- Sentimientos de tristeza persistente
- Pérdida de interés y placer.
- Baja energía o fatiga
- Irritabilidad
- Cambios en el apetito
- Dificultades para dormir
- Cambios en los niveles de actividad
- Dificultad para concentrarse
- Pensamientos de muerte o suicidio.
Para ser diagnosticado con rasgos melancólicos, debe tener al menos tres de estos síntomas:
- Depresión diferente al duelo
- Pérdida de peso o pérdida de apetito.
- Actividad lenta o inquietud
- Culpa excesiva
- Despertarse mucho antes de lo normal
- Síntomas depresivos más severos por la mañana.
Su médico también descartará otras condiciones. Otros asuntos que pueden ser considerados incluyen:
- Desorden bipolar
- Trastorno ciclotímico
- Trastorno depresivo persistente
- Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo
- Trastorno disfórico premenstrual
- Depresión causada por drogas ilícitas, medicamentos recetados o alguna enfermedad física
Tratamiento
Para la depresión melancólica, la medicación suele ser parte del plan de tratamiento porque se cree que tiene una raíz biológica.En otras palabras, dado que generalmente no se desencadena por circunstancias externas, las causas de la depresión melancólica parecen deberse principalmente a la composición genética y la función cerebral, lo que requiere un medicamento que actúe sobre causas biológicas como la función cerebral.
Los tipos de antidepresivos que se pueden usar para la depresión melancólica incluyen:
- Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS): Estos medicamentos funcionan cambiando la forma en que funciona el neurotransmisor serotonina en el cerebro, mejorando así el estado de ánimo. Los tipos comunes incluyen Prozac (fluoxetina), Paxil (paroxetina), Zoloft (sertralina) y Lexapro (escitalopram).
- Inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN): Los IRSN afectan la forma en que funcionan tanto la serotonina como la norepinefrina en el cerebro. Los tipos comunes son Cymbalta (duloxetina) y Effexor (venlafaxina).
- Inhibidores de la recaptación de noradrenalina y dopamina (NDRI): Wellbutrin (bupropión) es el único medicamento de esta clase que afecta la norepinefrina y la dopamina.
- Antidepresivos atípicos: Estos medicamentos afectan las sustancias químicas del cerebro que parecen mejorar el estado de ánimo. Ejemplos de medicamentos en esta categoría son Remeron (mirtazapina), Oleptro (trazodona), Trintellix (vortioxetina) y Viibryd (vilazodona).
- Antidepresivos tricíclicos (ATC): Estos son antidepresivos de primera generación y pueden tener más efectos secundarios que las versiones más nuevas. Esta clase incluye Tofranil (imipramina), Pamelor (nortriptilina) y amitriptilina.
- Inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO): Esta es otra clase más antigua de antidepresivos que pueden tener efectos secundarios graves, pero que pueden ser una buena opción para ciertas personas. Los principales medicamentos de esta clase son Parnate (tranilcipromina), Nardil (fenelzina) y Marplan (isocarboxazida).
Investigación sugiere que la depresión melancólica responde mejor a los antidepresivos tricíclicos que a los ISRS, la psicoterapia o las intervenciones sociales.
Albardilla
Debido a que la depresión melancólica se caracteriza por sentimientos tan profundos de tristeza, pérdida de placer y falta de interés en las actividades diarias, puede crear grandes trastornos en la forma en que una persona puede funcionar en muchas áreas de la vida.
Si sospecha que tiene síntomas melancólicos, debe hablar con su médico. Los antidepresivos son la primera línea de tratamiento para esta afección y pueden ser muy efectivos.Sin embargo, hay algunas cosas que puede hacer para ayudar a controlar sus síntomas y complementar los tratamientos basados en medicamentos.
Las modificaciones en el estilo de vida que pueden ayudar a mejorar su estado de ánimo incluyen:
- Hacer ejercicio regularmente
- Pasar tiempo con amigos y seres queridos.
- Comer una dieta saludable
- Meditación
- Seguir un horario de sueño constante
Sin embargo, es importante recordar que los síntomas de la depresión melancólica pueden hacer que todas estas cosas sean muy difíciles. Una vez que sus medicamentos comiencen a hacer efecto, le resultará más fácil comenzar a incorporar estos cambios en su rutina diaria.
Los recursos en línea y los grupos de apoyo también pueden ser útiles para controlar los síntomas de la depresión melancólica. Hable con su médico para decidir si esta es una buena opción para complementar sus otros tratamientos.
Una palabra de Psyathome
La depresión melancólica puede tener un impacto grave en su vida laboral, escolar, social y hogareña. Afortunadamente, existen tratamientos efectivos que pueden ayudar. Si tiene síntomas de depresión, hable con su médico, quien puede descartar otras causas y recomendar opciones de tratamiento que pueden ayudarlo a recuperar el equilibrio.