La ofidiofobia u ofiofobia es el miedo a las serpientes. Es posiblemente la subcategoría más común de la herpetofobia, el miedo a los reptiles. Algunos investigadores creen que las fobias relacionadas con los reptiles (y específicamente con las serpientes) pueden ser evolutivas, desarrolladas por nuestros antepasados como un mecanismo de supervivencia.
Sin embargo, esta teoría no explicaría por qué las fobias a las serpientes son relativamente comunes, mientras que los miedos a los animales depredadores, como los tigres, son raros. Algunas investigaciones muestran que, si bien la tendencia a prestar mucha atención a las serpientes puede ser evolutiva, el miedo real se aprende y no es innato.
Síntomas
El miedo a las serpientes puede ser difícil de diagnosticar, ya que los síntomas pueden variar mucho entre las personas. Si tiene ofidiofobia leve, es posible que solo tema los encuentros con serpientes grandes o venenosas.
Si su fobia es más severa, es posible que también le teman las serpientes más pequeñas. Es posible que incluso no puedas mirar fotografías o videos en los que aparezcan serpientes. Si también le tienes miedo a los lagartos, desde pequeños geckos hasta dragones de Komodo de seis pies, entonces tu fobia se denomina herpetofobia.
Sus síntomas pueden incluir, entre otros, temblores, llanto o huir de las serpientes. Puede experimentar palpitaciones del corazón o tener dificultad para respirar. Puede que le resulte difícil o incluso imposible permanecer en la misma habitación que una serpiente.
Efectos
La ofidiofobia puede ser insidiosa. Con el tiempo, puede comenzar a temer cosas que no están directamente relacionadas con las serpientes. Por ejemplo, puede tener miedo de las tiendas de mascotas que ofrecen serpientes a la venta. Puede evitar los viajes de campamento o caminatas, o incluso los zoológicos y las reservas naturales. También puede desarrollar un miedo secundario a otros reptiles.
Diagnóstico
Es normal estar nervioso o inseguro con animales desconocidos. Además, hay una serie de mitos comunes sobre las serpientes. Si nunca ha tocado uno, puede estar nervioso de que sea viscoso o asqueroso o temeroso de ser aplastado por un constrictor.
Estos temores son comunes y pueden disiparse simplemente adquiriendo más conocimiento personal sobre los animales. Los síntomas enumerados anteriormente, por otro lado, están fuera de proporción con el nerviosismo normal y pueden indicar una fobia real. Solo un profesional de la salud mental puede tomar esa determinación.
Tratamiento
Los tratamientos más comunes para la fobia a las serpientes se basan en técnicas de terapia cognitivo-conductual.Es posible que lo animen a hablar sobre su miedo y le enseñen nuevos mensajes para reemplazar su diálogo interno temeroso.
También puede exponerse lentamente a las serpientes, comenzando con fotografías y aumentando gradualmente hasta un encuentro en vivo con una serpiente pequeña en un entorno controlado. La hipnosis se utiliza a veces para ayudar a la relajación.
Afortunadamente, la ofidiofobia tiene una excelente oportunidad para un tratamiento exitoso.
Sin embargo, es importante elegir un terapeuta en el que sienta que puede confiar para que lo ayude en este proceso. Diferentes tratamientos funcionan para diferentes personas, así que no tenga miedo de probar algo fuera de lo común en caso de que un curso normal de tratamiento resulte ineficaz. Si trata su condición con diligencia, las cosas pueden mejorar gradualmente.