El sesgo actor-observador
El sesgo actor-observador es la tendencia a atribuir nuestras acciones a influencias externas y las acciones de otras personas a las internas. La forma en que percibimos a los demás y cómo atribuimos sus acciones depende de una variedad de variables, pero puede verse fuertemente influenciado por si somos el actor o el observador en una situación.
Cuando se trata de nuestras propias acciones, a menudo somos demasiado propensos a atribuir las cosas a influencias externas. Por ejemplo:
- Puede quejarse de que estropeó una reunión importante porque tenía desfase horario.
- Podría decir que reprobó un examen porque el maestro planteó demasiadas preguntas capciosas.
Sin embargo, cuando se trata de explicar las acciones de otras personas, es mucho más probable que atribuyamos sus comportamientos a causas internas. Por ejemplo:
- Un colega arruinó una presentación importante porque es vago e incompetente (no porque también tuviera jet lag).
- Un compañero de estudios fracasó en un examen porque le falta diligencia e inteligencia (y no porque tomó el mismo examen que tú con todas esas preguntas capciosas).
Si bien hay muchos factores que pueden desempeñar un papel, la perspectiva juega un papel clave. Cuando somos los actores en una situación, somos capaces de observar nuestros propios pensamientos y comportamientos. Sin embargo, cuando se trata de otras personas, no podemos ver lo que están pensando. Esto significa que nos enfocamos en las fuerzas situacionales por nosotros mismos, pero adivinamos las características internas que causan las acciones de otras personas.
El problema con esto es que a menudo conduce a malentendidos. Cada lado de una situación esencialmente culpa al otro lado en lugar de pensar en todas las variables que podrían estar jugando un papel.