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¿Cuándo se convierte el uso de drogas en una adicción?

La adicción a las drogas es una enfermedad cerebral compleja y crónica. Las personas que tienen una adicción a las drogas experimentan un deseo compulsivo, a veces incontrolable, por la droga de su elección. Por lo general, continuarán buscando y usando drogas a pesar de experimentar consecuencias extremadamente negativas como resultado del uso.

Características de la adicción

Según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA), la adicción es un trastorno crónico con recaídas que se caracteriza por:

  • Búsqueda compulsiva de drogas
  • Uso continuo a pesar de las consecuencias dañinas
  • Cambios duraderos en el cerebro.

NIDA también señala que la adicción es tanto una enfermedad mental como un trastorno cerebral complejo.

El diagnóstico de adicción requiere una evaluación por parte de un profesional capacitado y certificado. Hable con un médico o un profesional de la salud mental si cree que puede tener un problema de adicción o abuso de sustancias.

Manifestaciones conductuales de la adicción

Cuando los amigos y familiares están lidiando con un ser querido que es adicto, por lo general son los comportamientos externos de la persona los síntomas evidentes de la adicción.

Esos comportamientos se centran principalmente en el control deficiente del adicto:

  • La frecuencia excesiva del consumo de drogas a pesar de los intentos de control
  • Mayor tiempo de uso o recuperación de los efectos de las drogas
  • Uso continuado a pesar de los problemas persistentes
  • Una reducción del enfoque en las recompensas vinculadas a la adicción.
  • Incapacidad para tomar medidas para abordar los problemas.

La incapacidad de abstenerse

La investigación ha demostrado que el uso prolongado de drogas provoca un cambio químico en el cerebro del adicto que altera el sistema de recompensa del cerebro que provoca la búsqueda compulsiva de drogas frente a las crecientes consecuencias negativas.

Este estado de adicción, cuando la actividad continúa a pesar de las consecuencias negativas y del hecho de que ya no es gratificante, los expertos en adicciones lo denominan «búsqueda patológica de recompensas».Es el resultado de cambios químicos en el circuito de recompensa del cerebro.

Cómo comienza la adicción

La razón por la que las personas se involucran en actividades que pueden volverse adictivas en primer lugar es experimentar, debido al entorno social, o lograr una sensación de euforia o aliviar un estado emocional de disforia.

Cuando las personas beben, consumen drogas o participan en otros comportamientos de búsqueda de recompensas (como apostar, comer o tener relaciones sexuales), experimentan un «subidón» que les brinda la recompensa o el alivio que buscan.

Factores genéticos

La adicción también tiene un componente genético que puede hacer que algunas personas sean más susceptibles a volverse adictas a las drogas. Algunas personas han descrito sentirse adictos desde la primera vez que usan una sustancia. Los investigadores han descubierto que la heredabilidad de las adicciones es de alrededor del 40 al 60 % y que la genética «proporciona vulnerabilidades preexistentes a la adicción». [and] mayor susceptibilidad a los factores de riesgo ambientales».

Cambios en el cerebro

Un subidón es el resultado del aumento de la dopamina y la actividad de los péptidos opioides en los circuitos de recompensa del cerebro.Pero después del subidón que experimentan, hay un rebote neuroquímico que hace que la función de recompensa del cerebro caiga por debajo del nivel normal original. Cuando se repite la actividad no se consigue el mismo nivel de euforia o alivio. En pocas palabras, la persona nunca llega a estar tan drogada como la primera vez.

Máximos más bajos y mínimos más bajos

Sumado al hecho de que la persona adicta desarrolla una tolerancia al subidón, que requiere más para tratar de alcanzar el mismo nivel de euforia, está el hecho de que la persona no desarrolla una tolerancia al desánimo emocional que siente después. En lugar de volver a la «normalidad», la persona vuelve a un estado más profundo de disforia.

Al volverse adicto, la persona aumenta la cantidad de drogas, alcohol o la frecuencia de las conductas adictivas en un esfuerzo por volver a ese estado de euforia inicial. Pero la persona termina experimentando una depresión cada vez más profunda a medida que el circuito de recompensa del cerebro reacciona al ciclo de intoxicación y abstinencia.

Cuando la búsqueda de recompensas se vuelve patológica

Según la Sociedad Estadounidense de Medicina de la Adicción (ASAM), este es el punto en el que la búsqueda de recompensas se vuelve patológica:

  • La búsqueda de recompensas se vuelve compulsiva o impulsiva.
  • El comportamiento deja de ser placentero.
  • El comportamiento ya no proporciona alivio.

Ya no es una función de elección

Para decirlo de otra manera, la persona adicta se ve obligada, a pesar de sus propias intenciones de dejar, a repetir comportamientos que ya no son gratificantes para tratar de escapar de una abrumadora sensación de malestar pero sin encontrar alivio.

Según ASAM, en este punto la adicción ya no es únicamente una función de elección.En consecuencia, el estado de adicción es un lugar miserable para el adicto y para quienes lo rodean.

Enfermedad Crónica y Recaídas

Para muchos adictos, la adicción puede convertirse en una enfermedad crónica, lo que significa que pueden tener recaídas similares a las que pueden ocurrir con otras enfermedades crónicas, como diabetes, asma e hipertensión, cuando los pacientes no cumplen con su tratamiento. Estas recaídas pueden ocurrir incluso después de largos períodos de abstinencia. El adicto puede tomar medidas para entrar en remisión nuevamente. Pero sigue en riesgo de otra recaída. La ASAM señala que «sin tratamiento o participación en actividades de recuperación, la adicción es progresiva y puede provocar discapacidad o muerte prematura».

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